Editorial La niña Golla

¡Oh, distinguida familia! ¿Dónde, entre la danza majestuosa de robles centenarios, hemos erigido nuestro refugio veraniego durante más de siete décadas? ¿En qué bosque sagrado nos congregamos, lejos del bullicio citadino, entre sombras frescas y susurros de hojas, forjando memorias que reverberan como el eco eterno de la naturaleza?